domingo, 6 de junio de 2010

100 AS (XVII): Creature Comforts (1989) Nick Park










En esta ocasión en mi revisión de los mejores cortos animados del siglo, que recopilara el festival de Annecy, le ha tocado el turno a Creature Comforts (1989) una de las primeras obras de Nick Park y su productora Aardman.

Aardman es una doble excepción en el panorama actual. Por una parte, es uno de los pocos estudios comerciales que no se han rendido a a los CGI y la animación 3D y continúan utilizando una técnica tan difícil y compleja como es el stop-motion, precisamente la más amenazada de todas las tradiconales por el ascenso de 3D, ya que ambas son prácticamente indistinguibles en su acabado final. Sin embargo, no es solamente que este estudio practique un modo destinado a desaparecer, lo realmente asombroso es que su producciones sigan gozando del favor del público, el cual sigue disfrutando y amando sus productos, a pesar de que no busquen estar a la última.

Las razones de esta permanencia son varias. Por supuesto, el stop-motion ya poco tiene que ver con lo que se hacía en los tiempos de Starevich, ahora los muñecos son auténticos robots lo que les permite una flexibilidad y expresividad que antaño sólo podía ser el producto de días de trabajo agotador y prácticamente enloquecedor. No obstante, los avances técnicos son solo parte del problema, como demuestran las toneladas de animación 3D completamente inútil que se producen cada año. El auténtico problema al que tiene que enfrentarse todo animador es el de convencer al público que los muñecos que aparecen en la pantalla (o los constructos digitales de ahora mismo) están dotados de vida. Una ilusión dificilísima de conseguir, puesto que el espectador sabe de antemano que lo que ve es falso y el menor error del animador bastará para recordárselo.

Precisamente, en el combate contra esa maldición del animador radica el éxito de Aardman. Esta productora, como bien muestra este su casi primer corto, es de las pocas que ha sabido mantener la tradición de la animación, en el sentido de que animar no es reproducir, sino recrear. Es decir, el animador tiene que aprender primero como se mueve la gente, como reacciona, cuales son sus maneras de actuar, y luego traducirlo a otras figuras completamente distintas de la real. Una translación, en la que la copia directa es la mejor receta para el fracaso, ya que el espectador sabe que esos objetos no se mueven así, y que obliga al animador a reinventar el movimiento y la actuación, a acentuar unos rasgos y ocultar otros, alcanzando la verdad mediante la mentira (y destruyendo de paso mucha de la teoría del cine según nos la han contado en los últimos sesenta años).

Por ello, el corto Creature Comforts es ejemplar. En estas entrevistas ficticias con los animales de un zoo, los animadores han intentado dotar a cada uno de una personalidad propia, que se trasluce a través de un lenguaje corporal distintivo y una manera de hablar característica, perfectamente ajustada al carácter que atribuimos a cada uno de esos animales, rozando la perfección en el caso del Puma del Amazonas que se queja del modo de ser británico. Un pseudo documental que acaba por acercarse al terreno del documental real, ya que, en el fondo, lo que se nos está narrando son los problemas de unos inmigrantes en un país desconocido, situación que se trata con el máximo de humor, el cual no sólo se introduce por ese juego entre el animal, sus quejas, su expresividad y su modo de hablar, sino por gags que ocurren en segundo plano y que obligan al espectador a aguzar su atención (observese como el gorila va contando los días en la pared de su celda), para darse cuenta regocijado del cariño y la dedicación con la que ha sido creado este corto, aparentemente sin ninguna pretensión técnica o formal, al contrario que tanta 3D de ahora mismo.

Como siempre les dejo con el corto, sólo que esta vez tendrán que pulsar para verlo

Corrección: Según he leído las entrevistas son reales, bien a visitantes del zoo o a personas en un centro de acogida. Esto acentúa aún más esa recreación de la realidad tan propia de la animación de la que hablaba antes...

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